TELETRABAJO… NO TODO ES TAN BONITO

Al principio de la pandemia, el hecho de trabajar en casa nos parecía algo muyyy atractivo. Ahorramos tiempo en desplazamientos y dinero en  gasolina

Pero… ¿Cómo   perjudica el teletrabajo a  las personas?

Porque, “ir al trabajo en persona ocupa tiempo, dinero, energía, pero también nos hace movernos, ver la calle, relacionarnos con gente, caminar, cambiar de ambientes”.

En el aspecto en el que más lo notan los trabajadores es en el social, “la reducción drástica de interacciones sociales cara a cara puede acabar generando una percepción de aislamiento.

Como consecuencia, los episodios de estrés, ansiedad e irritabilidad se hacen más frecuentes, por un lado, debido a la soledad, y por otro, por el exceso de tareas o a que hay otras distracciones en casa que no les dejan desempeñar el trabajo como les gustaría, “a menudo las personas expresan una sensación de agobio generalizada, crispación, ansiedad, decaimiento, saturación de pantallas… 

Más estrés y trabajadores quemados

En un principio, ahorrarte un atasco u horas en transporte público debería dejarnos más tiempo para nuestra vida privada y estar, por tanto, más relajados. Sin embargo, en muchos casos no ocurre así, pues precisamente por el hecho de tener más tiempo, los trabajadores acaban dedicándole más horas y les cuesta más desconectar..,

Cómo teletrabajar sin dañar nuestra salud mental

Que el trabajo pueda afectar a nuestra salud mental no significa que tenga que hacerlo a la fuerza, pues “dependiendo de las necesidades de la persona y de sus vulnerabilidades el teletrabajo la saturará o no, es decir, impactará de una manera u otra en su salud mental”. También depende mucho del trabajo que desempeñe, de los medios con los que cuenta, de dónde vive, etc. Y es que, tampoco podemos olvidar todas las ventajas que nos aporta, y más en un momento de pandemia como este. Para que el teletrabajo no afecta a nuestra salud de manera negativa,

  • Organización horaria. Si hay niños en la casa (como en los primeros meses de la pandemia o el temporal de nieve), el horario y el rendimiento no pueden ser los mismos. Entonces habrá que diseñar -en la medida de lo posible- un horario que permita que las horas dedicadas al trabajo no se disparen. En este caso, el psicólogo de ifeel, pide, además “reajustar expectativas y distinguir aquello que podemos controlar de aquello que, hagamos lo que hagamos, no está bajo nuestro control. Asegurarnos de que reservamos tiempos de calidad para que no todo sea preocuparnos por el trabajo, regañar, cansarnos, sino que podamos disfrutar juntos dentro de lo que permita la situación. Encontrar un espacio útil entre el ‘tengo que llegar a todo’ y el ‘no estoy llegando a nada’”. En ausencia de estas cargas, si el teletrabajo implica hacer más horas de las que se hacían en la oficina hay alguien que está haciendo mal su trabajo: el empleado, el jefe, o bien ambos.

 

  • Salir de casa de vez en cuando. El confinamiento no es sano y, aunque llegue un momento en el que nos acomodemos y que incluso no nos apetezca salir de casa, sí lo necesitamos, “es recomendable salir, si no cada día, al menos cada dos días a la calle, a pasear, hacer la compra o cualquier otro recado.Igual que en verano debemos beber antes de tener sed con el teletrabajo tenemos que obligarnos a salir y que nos dé el aire y -a ser posible, la luz solar- antes de que acomodarse en casa sea quedarse atrapados en casa.

 

  • Evitar distracciones. Estar en casa a veces conlleva distracciones, sobre todo en forma de redes sociales, nuevas tecnologías…Esas distracciones nos roban mucho tiempo, lo que provoca que después tenemos que hacer más tiempo del debido.

 

  • Evitar el aislamiento.Mantener contacto fluido y de calidad, en persona si es posible, con el círculo de allegados. De lo contrario, el aislamiento y el ensimismamiento se irá apoderándose de nosotros de manera silenciosa. “Si no es posible quedar en persona al menos mantener una conversación oral por teléfono o por videollamada, y no solo a través de whatsapp. Es importante que hablemos en voz alta con otras personas y que escuchemos la voz de otras personas, no reduzcamos nuestra comunicación a teclear y leernos”.

 

  • Flexibilizar teletrabajo y presencialidad.Siempre que sea posible, una buena opción es “flexibilizar el teletrabajo y la presencialidad a través de turnos o bien de grupos estables que se distribuyan entre casa y la oficina en función de lo que decidan”. De esta manera, tendremos una visión más positiva del teletrabajo, pues nos beneficiaremos de las ventajas del teletrabajo sin que nos afecte de manera negativa, pues no nos aislaremos, nos moveremos, seguiremos charlando con los compañeros cara a cara, etc. 

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